Las camisas personalizadas son una prenda insustituible, que no puede faltar en ningún armario masculino. ¿El motivo? Su gran versatilidad, que nos permite utilizar la prenda en multitud de escenarios y ocasiones, independientemente de la época del año en la que nos encontremos.
Utilizamos camisas de trabajo para nuestra jornada laboral, camisas personalizadas informales o camisas de publicidad para nuestros momentos de ocio, y otras más sofisticadas y elegantes para eventos destacados, como una boda. Formales, informales, elegantes, clásicas o modernas… hay mil y un modelos perfectos para lucir cualquier estilismo. A la hora de escogerlas, estos son algunos de los aspectos a tener en cuenta.
Camisas personalizadas de seda o algodón:
son las más frecuentes. Lo ideal es que cubran por completo el brazo extendido, teniendo en cuenta que el puño debe sobresalir de la chaqueta al menos tres centímetros, tal y como recomienda Lacoste, una de las firmas con más experiencia en la elaboración de camisas personalizadas.
Puntas del cuello y puños, siempre perfectos: es importante que la punta del cuello de las camisas personalizadas estén rígidas, con el fin de que puedan despegarse ligeramente. Asimismo, los puños, de estilo francés o doble, deben lucir impecables. Si queremos que nuestra camisa tenga un efecto distinguido, podemos utilizar gemelos.
Camisas de publicidad con corbata:
si una camisa va a ser utilizada siempre con corbata, conviene probársela con este complemento y hacer una prueba de ajuste del cuello, para observar si nos queda o no impecable. Por el contrario, las camisas de publicidad, que se llevan habitualmente sin corbata, suelen tener botones en el cuello.
Diferentes colores según el uso: para un ambiente laboral se suelen elegir camisas de trabajo de color blanco o azul, con rayas o lisas, pero siempre en tonos claros. Sin embargo, cada vez están más de moda otros colores, como el rosa o el morado, que contribuyen a dar un toque moderno a una prenda tan clásica.
Con estampados y telas vaqueras:
las camisas de trabajo con cuadros al estilo tartán o leñador, así como los estampados de flores y topos, o bien las camisas elaboradas con telas vaqueras, no resultan muy adecuadas para el trabajo, así que mejor dejarlas para un ambiente más informal.
Por el contrario, si lo que buscamos es suavizar un poco el aire clásico de la prenda, pero sin perder un ápice de elegancia, podemos utilizar botones de colores como un guiño de modernidad.
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